No quiero alejarme de ti, eres el que da aroma fragante a esta vida. Aun que me pruebas y a veces llega a doler bastante intento mirarlo positivamente, me quieres enseñar, vas a moldearme para más adelante usarme y bendecirme.
Muchas veces te he fallado y por tu amor hacia mí me has perdonado. Te alabo porque no soy merecedora de tu mirada, pero sin embargo la tengo, no puedo entregarte nada pues todo lo que tengo es tuyo, solo puedo devolverte lo que a veces deseo poseer, mi vida. No permitas que aumente mi ego, mi orgullo, enséñame a amar como solo tú lo haces, enséñame a quererme en su justa medida. Hazme una mujer esforzada que lucha por lo que tiene y le das, que no sea lo que yo quiero en la vida, sino lo que quieres tu. Nos diste todo, nos mostraste tu poder y amor, te entregaste, no por gusto, sino por nosotros.
Fuiste tentado en TODO y tú en La Palabra te has sujetado. Cada paso que dabas desprendía amor, perfección, dominio propio, alegría, seguridad, a su vez también tristeza por lo que te rodeaba. No debo desear parecerme a otra persona ajena a mi, pues eso seria herirte, tu me creaste, pero si que debo desear es volverme más semejante a ti, acercarme a lo eterno, a lo justo, a lo amoroso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario