Siguiendo el estudio vamos a hablar sobre el mal. Para nosotros el mal es todo aquello que nos hace daño, pero ¿sabemos en realidad que es lo que nos hace daño y lo que no? En una ocasión hablando en mi trabajo con una compañera, me dijo: ¿Por qué todo lo que es “bueno” tiene que ser malo? Ella se refería a todo lo que da placer, por ejemplo, para algunos fumar es “bueno” porque les mengua la ansiedad en ciertas ocasiones... o beber, porque les ayuda a divertirse, les ayuda a ser más ellos pero no se dan cuenta o no quieren darse cuenta de que fumar y beber contamina invisiblemente al principio sus cuerpos y cerebro, con esto nos damos cuenta que no tenemos un concepto claro de lo que es bueno y malo. Para Dios el mal es todo aquello que nos destruye, no solo físicamente también moral y espiritualmente, lo que no proviene de él.Si decimos que el mal no proviene de Dios entonces vemos que viene de su adversario, Satanás.
Satanás es el príncipe de mentira ( 2ª Cor. 4:4; Jn 8:44) gran acusador (Apoc. 12:10) y tentador (Mateo 4:3 ; 1 Tesalonicenses 3:5).Su meta es anular o dificultar la realización del propósito de Dios con nosotros. Las consecuencias de obedecer y dejarnos llevar por él son el pecado y la consecuencia del pecado es muerte. Uno de los versos que mencionamos en la 1ª parte del estudio dice: “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Gén. 2:16-17). Ese fue el primer mandato que tuvo Adán y no lo cumplió. Dios le dio libertad de comer cualquier fruto, menos el de aquel árbol, porque si de él comía iba a morir, en ese versículo morir no hace referencia al final del cuerpo sino del espíritu. Al principio lo importante era el espíritu que era lo que nos unía a Dios, el cuerpo es irrelevante. Cuando Satanás comienza a tentar a Eva, le dice que no morirán, sino que tendría el conocimiento del Padre y así ser como El (Gén. 3:4-5). Entonces Adán y Eva fueron sacados del Jardín del Edén y empezaron una vida fuera de la presencia de su creador y así vivir por su propia cuenta dependiendo de ellos mismos. Esa es la muerte espiritual, caminar sin comunión y dependencia de Dios. Seguro que os habéis preguntado, porque Dios nos ha creado libres, si sabia lo que iba a suceder, pues al igual que fuimos creados para adorarle también nos creó para gozar su poder y su presencia y El con nosotros. Si hubiésemos sido creados sin libertad, seriamos como robots, sin autenticidad alguna, al fin y al cabo todos haríamos lo mismo. El antes de crearnos ya tenia en mente que iba a morir por ti y por mi, ya sabia que no íbamos a perdernos por culpa de nuestra desobediencia todos aquellos que reconociésemos nuestro pecado y su majestad. ¡Gracias Papá por que desde el principio tenias en mente tu sacrificio para salvarnos, gracias porque tu amor es mas grande que toda ira!
ADORALE POR SU PODER
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