Por fin llegó el día
en el que Dios os unió
y junto a El
un nuevo camino abrió.
Nunca dejeis de pelear
por las bendiciones,
pues de ellas salen
auténticas emociones
y cada mañana al despertar
hallareis nuevas ilusiones.
Muchas gracias a Dios le doy
por todo lo que os ha dado hasta hoy,
me alegro de pertenecer a esta familia
y poder aprender de ella cada día.
Os deseo muchas felicidades
y que desde hoy,
seais inseparables.